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viernes, 30 de enero de 2015

Auschwitz, a 70 años de la liberación

A 70 AÑOS DE LA LIBERACIÓN
GITANOS, LAS VÍCTIMAS OLVIDADAS DE AUSCHWITZ
POR XIMENA KRÁSNAYA



Vista de Auschwitz-Birkenau con el Campo para Familias  Gitanas en la parte derecha


El genocidio puede ocurrir cuando ignoramos las señales de advertencia y no queremos actuar", Eliasson en el acto celebrado en la sede de la ONU, víspera del 70° aniversario de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau convocado por la Misión Permanente de Polonia.


Por alguna razón siempre se habla de conmemorar el aniversario de la liberación de Auschwitz, no así con Dachau, liberado el 29 de abril de 1945; Bergen Belsen, liberado a mediados de abril de 1945; y los otros campos de concentración nazi.

Tampoco se suele recordar a otras víctimas del nazismo, como por ejemplo los gitanos; es que a la teoría de la pureza racial se añade el componente socioeconómico, según Hans F. K. Günter, uno de los ideólogos raciales nazis. Los gitanos, quienes de hecho descienden de los arios, procedían de las clases más pobres que se habían mezclado con razas consideradas “inferiores” que encontraron en su paso errante. Éstos fueron señalados para ser exterminados en la misma forma que a los judíos, ya que también eran considerados inferiores racialmente. El destino de ambos grupos era similar. Estaban sujetos a encarcelación, trabajos forzados, deportación a los campos de exterminio. Varios cientos de miles fueron encerrados en los campos de concentración de Bergen Belsen, Sachsenhausen, Buchenwald, Dachau, Mauthausen y Ravensbrück. Los "Einsatzgruppen", grupos de operaciones nazis, mataron a miles de gitanos en las regiones orientales de Europa ocupados por los alemanes: Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Bełżec, Chelmno y Sobibor.
El 21 de septiembre de 1939, Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina principal de seguridad del Reich, se encontró con oficiales de la policía de seguridad y del Servicio de Seguridad, en Berlin, y decidió deportar a 30.000 gitanos alemanes y austríacos del Gran Reich alemán al gobierno general, un territorio dentro de la Polonia ocupada por los alemanes. En abril y mayo de 1940 fueron enviados a Polonia unos 2.500 gitanos. La mayoría al ser privados de comida, murieron como consecuencia del trabajo forzado, los que enfermaban o quedaban incapacitados terminaron siendo fusilados. Otros 5.000 gitanos fueron deportados a Lodz, donde acabaron detenidos en un área separada dentro del ghetto de Lodz, para ser finalmente llevados al campo de exterminio de Chelmno donde murieron en camiones de gas.
La decisión de priorizar las deportaciones de judíos y la oposición de Hans Franck, gobernador general nazi de la Polonia ocupada, hizo fracasar el plan. Sin embargo, tiempo después continuaron las deportaciones de gitanos.


En preparación para su eventual alejamiento de Alemania todos los gitanos hubieron de ser confinados en campos. Con la suspensión de deportaciones de gitanos en 1940, estos lugares se convirtieron en campos de concentración de largo plazo para los zíngaros. Mahrzan en Berlin, junto con Lackenbach y Salzburg en Austria eran de los peores de estos campos; cientos de romaníes murieron a consecuencia de las condiciones horrendas. Irónicamente los alemanes de la zona se quejaban constantemente de los campos, exigiendo la deportación de los gitanos internados ahí para “proteger la moralidad y la seguridad pública”. La policía del barrio usó estas quejas como apelación oficial a Heinrich Himmler, el jefe de las SS, para que reanudara la expulsión de los gitanos al este. Es así que en diciembre de 1942 firmó una orden para la deportación, permitiendo algunas excepciones que a menudo fueron ignoradas a nivel local. Incluso gitanos que formaban parte del ejército alemán, Wehrmacht, y se encontraban en sus casas con licencias temporarias, fueron capturados y deportados a Auschwitz, donde un campo especial fue establecido para ellos en Auschwitz-Birkenau, el campo de las familias gitanas, el cual estaba plagado de epidemias, tifus, viruela y disentería que redujeron severamente a la población. Familias enteras fueron encarceladas juntas. Los mellizos y enanos eran separados y sujetos a experimentos médicos seudocientíficos conducidos por el SS capitán Dr Joseph Mengele. Aunque no sólo en Auschwitz usaban prisioneros gitanos en los experimentos médicos, sino también en los campos de Ravensbrück, Struthof-Natzweiler y Sachsenhausen.
En mayo de 1944 los alemanes decidieron liquidar el campo de los gitanos. Al rodear los SS el campo, encontraron a los gitanos armados con tubos de hierro y otras armas improvisadas. Los alemanes se retiraron y aplazaron la liquidación. Después, ese mismo mes las SS transfirieron alrededor de 1.500 gitanos que eran todavía capaces de trabajar fuera del campo de las familias. Casi 1.500 más fueron transferidos en agosto. Los gitanos restantes, alrededor de 3.000, fueron asesinados. Sólo en la noche del miércoles 2 de agosto al jueves 3 de agosto de 1944 en Auschwitz exterminaron 2.897 romaníes, bajo órdenes de Heinrich Himmler, en la tristemente recordada Zigeunernacht, la Noche de los gitanos. A la mañana siguiente un oficial de las SS de Auschwitz escribió después del envío de los gitanos a la cámara de gas, "Misión cumplida. Tratamiento especial ejecutado". "Tratamiento especial", peor todavía que el que sufrieron judíos, minusválidos, enfermos mentales, homosexuales, comunistas o los miembros de la resistencia, y en resumen sólo en Alemania perecieron entre 500.000 y 600.000. En Dachau los asesinaban el mismo día que llegaban o al día siguiente, simplemente porque habían nacido gitanos.
En los campos de concentración nazis los gitanos fueron literalmente masacrados. Por lo menos 19.000 de los 23.000 gitanos llevados a Auschwitz murieron ahí.
En las áreas de Europa ocupadas por los alemanes el destino de los gitanos variaba de país a país, dependiendo de las circunstancias locales. Los nazis por lo general encarcelaban a los roma y luego los transportaban a Alemania o Polonia para hacer trabajos forzados o para ser exterminados. Muchos gitanos de Polonia, Holanda, Hungría, Italia, Yugoslavia, Albania fueron fusilados o deportados a los campos de exterminio y matados. En los Estados Bálticos y en las áreas de la Unión Soviética ocupadas los einzangruppen, equipos móviles de matanza, mataban roma al mismo tiempo que a los judíos y a los líderes comunistas. Miles de hombres, mujeres y niños gitanos murieron en estas acciones; por ejemplo muchos gitanos fueron fusilados junto con los judíos en Babi Yar, cerca de Kiev. En Francia las autoridades pusieron en práctica medidas restrictivas contra los gitanos incluso antes de la ocupación alemana del país. Las deportaciones de los romaníes empezaron desde la Francia ocupada hacia fines de diciembre de 1941. En la zona no ocupada los oficiales del gobierno de Vichy bajo la supervisión de Xavier Vallat y el Ministerio de los Asuntos judíos, internaron a alrededor de 3.500 roma, la mayoría de ellos fueron enviados a campos en Alemania como Buchenwald, Dachau y Ravensbrück.
Los rumanos no pusieron una política de exterminio sistemática de los gitanos; no obstante en 1941 entre 20.000 y 26.000 gitanos del area de Bucarest fueron deportados a Transnistria en la Ucrania ocupada por los rumanos, donde miles murieron de enfermedades, inanición y el tratamiento brutal. En Serbia en el otoño de 1941 los pelotones de ejecución del ejército alemán, werchmart, mataron a casi toda la población adulta de gitanos junto con la mayoría de los hombres adultos judíos como represalia por la matanza de soldados alemanes realizada por los luchadores serbios de la resistencia. En Croacia los ustachas, los fascistas croatas aliados con los fascistas alemanes, mataron a unos 28.000 gitanos. Muchos gitanos fueron internados y murieron en el campo de concentración de Jasenovac.
No se sabe precisamente cuántos gitanos murieron en el porraimos. Los historiadores calculan que los alemanes y sus aliados mataron entre el 25 y el 50 % de todos los gitanos europeos. Antes de la guerra dicen algunas estadísticas que habían alrededor de 1.000.000 de gitanos en Europa , aunque esto no es muy seguro ya que muchos no estaban empadronados y no había forma de contabilizarlos, por lo tanto el número podía ser muy superior.
Como los judíos, los gitanos fueron víctimas de la ideología nazi, de la política racista que pretendía regenerar la sangre alemana y de la política de crear el espacio para una gran Alemania liberada de elementos impuros extranjeros e inferiores. ¿No suena eso familiar en la actualidad, “impuro, extranjero, inferior”? La eliminación de los gitanos sería mejor aceptada porque ya estaban señalados desde hacía mucho tiempo. La discriminación hacia ellos continúa aún hoy. Ninguna voz se levanta para defender la causa de los gitanos discriminados, esterilizados, perseguidos y exterminados. Ninguna memoria, ninguna indemnización, ninguna conmemoración. En todos estos años muy pocas veces hubieron disculpas. En Rumania sólo una vez, y esto fue después de haber llamado a una periodista “gitana apestosa” en mayo de 2007. El 23 de octubre de 2007 el presidente rumano Traian Basescu se disculpó públicamente por el papel desempeñado por su nación en el Porraimos, genocidio gitano.
Después de la guerra la discriminación contra los gitanos continuó cuando la República Federal de Alemania decidió que todas las medidas tomadas contra los gitanos antes de 1943 eran políticas legítimas del Estado y los gitanos no tenían derecho a restitución. La encarcelación, la esterilización y hasta la deportación fueron consideradas como políticas legítimas. Además la policía criminal de Bavaria asumió los archivos de Robert Ritter, incluyendo sus registros sobre gitanos en Alemania. Ritter el experto racial nazi sobre los gitanos retuvo sus credenciales y volvió a su trabajo anterior en psicología de niños. Los esfuerzos por someter a juicio a Ritter por su complicidad en la matanza de los gitanos terminaron con su suicidio en 1950. El canciller alemán Helmut Kohl reconoció el genocidio contra los gitanos en 1982; para ese momento la mayoría de los gitanos que hubieran tenido derecho a la restitución bajo la Ley alemana ya habían muerto.
En 2012 se inauguró un monumento en Alemania en homenaje a las víctimas gitanas del porraimos, en una esquina del parque Tiergarten, entre las Puertas de Brandemburgo y el edificio del Reichstag.
Sin embargo, no mucho ha cambiado en la Europa de hoy con respecto a la de los años 30 del pasado siglo. Sólo para dar un ejemplo, en la república Checa el 12 de julio de 2013 se realizaron manifestaciones antigitanas en České Budějovice. Los niños de la comunidad gitana checa siguen siendo asignados a escuelas para discapacitados mentales, a pesar de que una sentencia del Tribunal de Derechos Humanos hace siete años haya declarado la práctica como ilegal.
De ninguna manera debemos olvidar la masacre contra los judíos, pero también debemos recordar que hubieron otras víctimas de la locura y la barbarie, y que hoy esa barbarie se está viendo otra vez en la situación actual en Ucrania, con los grupos nazis que masacraron gente en Odessa el 2 de mayo de 2014 y los bombardeos del gobierno de Kiev sobre Donetsk y Lugansk “casualmente” recrudecidos después de los acontecimientos en París; las políticas antiinmigratorias tanto en Europa como en EEUU; las constantes acusaciones infundadas a la comunidad musulmana residente en los países occidentales. México y los países latinoamericanos no se quedan muy atrás, no olvidemos los asesinatos a miembros de la comunidad Quom en Argentina en 2013, grupo que dicho sea de paso en los últimos días ha sufrido nuevas amenazas y golpes.
Me gustaría terminar diciendo “Que la historia no se repita”. Lamentablemente se está repitiendo.
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